El pasado sábado, el campo del Atlético Rafal fue escenario de un auténtico partidazo entre los equipos Infantil Sub-13 del Atlético Rafal B y La Real L.U., un encuentro lleno de emoción, goles y una dosis de polémica en los minutos finales.
Desde el pitido inicial, el conjunto visitante salió con mucha decisión y aprovechó los primeros despistes defensivos del Rafal para adelantarse rápidamente en el marcador. En el minuto 2, Orwaldo Lolizao sorprendió con un tempranero gol, y tan solo seis minutos después, Venancio Calafell amplió la ventaja con el 0-2, dejando tocado al equipo local.
Sin embargo, el técnico del Atlético Rafal reaccionó con acierto, reorganizando a sus jugadores desde el centro del campo y devolviendo el orden al equipo. Esa mejora en el juego se reflejó en el marcador en el minuto 19, cuando Rayan Atta logró recortar distancias con un gol que devolvía la esperanza a los locales.
Durante el descanso, el entrenador local ofreció una charla inspiradora en el mismo césped, apelando al compañerismo y al trabajo colectivo. Sus palabras surtieron efecto, ya que en la segunda mitad el Atlético Rafal salió con una actitud completamente renovada.
Los locales se adueñaron del partido, presionando alto y sin permitir a La Real desplegar su juego. Esa intensidad dio sus frutos en el minuto 31, cuando Stanly Kyerime empató el encuentro con un gol de calidad que encendió los ánimos del equipo y de la grada. El mismo Kyerime, en un excelente estado de forma, firmó su doblete en el minuto 56 para completar la remontada con un 3-2 que hacía justicia al dominio mostrado.
El partido, que parecía decantarse para el Rafal, tuvo un giro inesperado en los compases finales. En el minuto 73, el árbitro señaló un polémico penalti a favor de La Real, una decisión muy discutida por los locales. El lanzamiento fue transformado, estableciendo el 3-3 definitivo.
El encuentro concluyó con reparto de puntos en un duelo donde ambos equipos mostraron carácter, esfuerzo y un gran espíritu deportivo. Una gran lección de fútbol base, donde la emoción no faltó y el fútbol fue el gran protagonista.
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