El Municipal de Sant Francesc vivió este miércoles una noche que quedará en la memoria de la afición formenterense. La SD Formentera se impuso contra todo pronóstico a la SD Ibiza en los penaltis (0-0 en el tiempo reglamentario) y avanzó a los octavos de final de la Copa Federación, en un derbi pitiuso cargado de tensión y emoción.
El guion fue de resistencia y fe para los locales. El conjunto dirigido por Maikel Romero, sólido en defensa y sacrificado en cada balón dividido, se sostuvo en la seguridad bajo palos de Julen Fernández, auténtico héroe de la eliminatoria. El guardameta detuvo dos lanzamientos desde los once metros y catapultó a los rojinegros hacia la clasificación. Su nombre se coreó con fuerza desde la grada, consciente de que sus manos habían cambiado el rumbo del encuentro.
La igualdad fue la tónica durante los 90 minutos. La SD Ibiza, llamada a ser favorita por plantilla y categoría, llevó la iniciativa, pero se topó una y otra vez con la disciplina del bloque formenterense. La tensión se palpaba en cada ataque, hasta desembocar en una tanda de penaltis que destapó la épica.
El choque tuvo además un componente institucional. Jordi Horrach, presidente de la Federación de Fútbol de les Illes Balears, entregó antes del inicio una camiseta de la Selección Balear a ambos clubes, gesto que subrayó la hermandad del fútbol pitiuso.
Con este triunfo, el Formentera mantiene vivo el sueño. Si logra alcanzar las semifinales de la Copa RFEF, tendrá asegurada su presencia en la próxima Copa del Rey, con la posibilidad de recibir en Sant Francesc a un equipo de Primera División. Una meta que ya no parece utópica y que alimenta la ilusión de una isla entera





