El balonmano balear vivió este fin de semana una jornada cargada de emoción y reconocimiento. El Club Momea-AVEBAL organizó un sentido homenaje en memoria de Antoni Soberats, quien fuera durante muchos años presidente del club y uno de los grandes impulsores del crecimiento de este deporte en Baleares.
La cita, que contó con la colaboración activa de la Federación Balear de Balonmano, reunió a jugadores veteranos, autoridades deportivas y familiares, en un ambiente donde la nostalgia y el agradecimiento se mezclaron con la pasión por el balonmano.
Antoni Soberats dejó una huella imborrable en la historia de AVEBAL, liderando al club en una de sus etapas más brillantes, cuando a comienzos del siglo XXI la entidad alcanzó la categoría de Primera Nacional, logrando consolidarse como un referente deportivo en las islas. Su visión y entrega marcaron el camino de muchas generaciones de jugadores, técnicos y dirigentes que hoy siguen trabajando por el balonmano balear.
La jornada comenzó con un emotivo partido amistoso entre el equipo MASTERBAL —formado por veteranos del club— y otros jugadores históricos del balonmano mallorquín. Muchos de ellos volvieron a enfundarse la camiseta, como Biel Capó, leyenda viva de este deporte que, a sus 55 años, sigue compitiendo en la Segunda Nacional Autonómica. También participó en el homenaje el actual presidente de la Federación Balear de Balonmano, Juan Carlos Mena, quien no quiso faltar a la cita con la historia.
El encuentro estuvo marcado por el compañerismo, las anécdotas y el recuerdo de los años dorados del club, demostrando que el espíritu deportivo sigue intacto pese al paso del tiempo. Más que un partido, fue un reencuentro entre amigos que compartieron una etapa fundamental del balonmano en Baleares.
Uno de los momentos más conmovedores llegó con la entrega de una placa conmemorativa a los familiares de Antoni Soberats, como muestra de gratitud por su incansable labor y su legado imborrable en el desarrollo del deporte insular.
Con este acto, el balonmano balear rindió tributo a una figura que trascendió lo deportivo para convertirse en un símbolo de pasión, dedicación y compromiso. El recuerdo de Antoni Soberats seguirá vivo en cada partido, en cada entrenamiento y en cada niño o niña que empiece a dar sus primeros pasos en el balonmano balear.
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