Detrás de cada maniobra, de cada grito al viento, de cada noche sin dormir preparando el barco, hay algo que mueve a todos los que forman parte de la Copa del Rey MAPFRE: la pasión. Es una emoción que va mucho más allá de la competición. La pasión está en el brillo de los ojos de los regatistas al salir a navegar.
Está en el trabajo incansable de los armadores, en la entrega de los voluntarios, en la energía que recorre cada rincón del club. La pasión lo impregna todo: el silencio tenso antes de una salida, el abrazo tras cruzar la meta, el esfuerzo colectivo por llegar siempre un poco más lejos.
La Copa del Rey MAPFRE no sería lo que es sin esa intensidad, esa entrega absoluta que comparten todos, desde los grandes campeones hasta quienes ayudan entre bambalinas. Hoy, empezamos este viaje al alma de la regata hablando de lo que realmente mueve las velas… y a quienes están detrás de ellas: la pasión.