El RCD Mallorca inició su andadura en esta nueva temporada de LaLiga con la actitud que su afición esperaba: ambición, intensidad y ganas de competir de tú a tú ante uno de los rivales más exigentes del campeonato. El equipo de Jagoba Arrasate saltó al campo con determinación, consciente de la dificultad que implica enfrentarse al FC Barcelona, pero sin renunciar a su identidad y a una propuesta ofensiva que buscaba sorprender a los catalanes desde el principio.
Sin embargo, fue el Barcelona quien golpeó primero. A los ocho minutos de juego, Raphinha apareció por la banda izquierda, se internó con potencia en el área y consiguió conectar un cabezazo que sorprendió a la defensa bermellona, abriendo el marcador antes de que el partido se asentara. Lejos de venirse abajo, el Mallorca reaccionó con determinación y generó una ocasión clarísima en el minuto 21, cuando Muriqi quedó mano a mano con Ter Stegen y, pese a rematar con intención, el disparo salió demasiado blando y no encontró portería. Esa acción pudo cambiar la dinámica del encuentro, pero la falta de acierto dio paso al segundo golpe blaugrana.
Tan solo dos minutos más tarde, en el 23, una desafortunada acción terminó por complicar definitivamente al cuadro local. Raíllo recibió un fuerte balonazo y quedó tendido en el césped, pero el colegiado decidió no detener el juego. El Barça continuó la jugada y Ferran Torres, con excelente precisión, envió el balón a la escuadra, firmando el 0-2 justo en el tramo en el que el Mallorca parecía asentarse sobre el terreno de juego.
Cuando el partido más requería calma, llegaron las acciones que terminaron de condicionarlo. Morlanes vio la segunda amarilla tras una entrada a destiempo, y pocos minutos después el VAR intervino para revisar una acción de Muriqi que finalmente terminó con roja directa. Dos expulsiones prácticamente consecutivas que obligaron a los de Arrasate a afrontar más de medio partido en inferioridad numérica.
Pese a todo, el equipo no bajó los brazos. Respaldado por una afición que no dejó de alentar ni un solo minuto, el Mallorca se replegó con orden, defendió con firmeza y logró evitar que el marcador se ampliara antes del descanso. Con orgullo y espíritu de lucha, los bermellones dejaron una imagen competitiva e hicieron ver que, más allá del resultado, tienen argumentos para plantar cara a cualquier rival. El equipo sabe que hay margen de mejora, pero este debut deja una sensación clara: el proyecto de Arrasate tiene carácter, compromiso y una afición que seguirá empujando partido tras partido.