El CD Atlético Baleares se prepara para vivir una de sus citas más emblemáticas del verano: el Trofeu Nicolás Brondo, que este año alcanza una nueva edición cargada de simbolismo y renovación. El próximo sábado 30 de agosto a las 20:00 horas, el conjunto blanquiazul disputará su último partido de pretemporada antes del arranque oficial de la liga, que comenzará una semana después en casa frente al Castellón B.
Este tradicional torneo veraniego, que se celebra de manera ininterrumpida desde 1966, se ha convertido en mucho más que un simple partido amistoso: es un homenaje a la historia del club y una oportunidad para que la afición vuelva a reencontrarse con su equipo antes de que arranque la competición oficial. En esta ocasión, el rival será el UD Rotlet Molinar, conjunto recién ascendido a Tercera RFEF, que vivirá también un momento especial al ser invitado a este clásico del fútbol balear.
Antes del pitido inicial, a las 19:45 horas, se celebrará la presentación oficial de la plantilla 2025/26 ante la afición. Será un acto con sabor a nuevo comienzo, ya que el equipo dirigido por Luis Blanco —quien vivirá su primer Trofeu Brondo como entrenador del ATB— contará con nueve caras nuevas, reflejo de la profunda renovación que ha emprendido el club para competir con ambición en el Grupo III de la Segunda RFEF.
Este encuentro no solo representa el cierre simbólico de la pretemporada, sino también un paso adelante en la consolidación de un proyecto deportivo que mira al futuro con decisión. La directiva, el cuerpo técnico y los jugadores han manifestado su ilusión por el nuevo curso, y el Trofeu Brondo será el primer gran escenario para medir sensaciones.
En un gesto que refuerza la fraternidad entre clubes de la isla, varios jugadores y un directivo del UD Rotlet Molinar visitaron las instalaciones del Atlético Baleares en los días previos al partido. Durante el encuentro institucional, compartieron una sesión de fotos protocolaria con los jugadores Gabriel Ramis, Jaume Pol y el director deportivo Marc Julià, demostrando que el respeto y la deportividad también forman parte esencial de esta celebración.
El fútbol regresa a casa, y con él, la esperanza de un nuevo ciclo.